1969, llegan la primeras cosechadoras a Villalmanzo |
La mecanización del campo fue el avance
que trajo consigo el progreso económico de nuestros pueblos, hasta ahora
basados en una economía de subsistencia, que tenían que cumplimentar con
pequeños rebaños, la matanza, la caza, las peonadas… Pero esta mecanización no
era tan fácil como podía parecer. El comprar un tractor no estaba al alcance de
todos, además para la mayoría no era rentable, pues La excesiva división de la propiedad
y su distribución por todo el término municipal impedían una mecanización
eficaz y no eran rentables para el agricultor dada esta parcelación de las
tierras. Sin embargo, el cambio se hacía inevitable, había que conseguirlo. Dos
fueron las fuerzas que se unieron: el Estado y los propios agricultores.
Así las cosas,
podemos decir que fueron 3 los motores básicos que propiciaron este cambio: la
Concentración Parcelaria, la mecanización del campo y el interés de los
agricultores, que se asociaron en los llamados Grupos Sindicales de
Colonización para luchar por el progreso. También fueron importantes los avances en el
campo de la química, que permitieron una mejora en los abonos y, por lo tanto,
en los rendimientos de las cosechas.
Para España, la
Concentración Parcelaria se inicia con la Ley de 20 de diciembre de 1952,
encomendándose su desarrollo y ejecución al Servicio de Concentración
Parcelaria, luego Servicio de Concentración Parcelaria y Ordenación Rural que
acabaría fusionándose para formar el Instituto Nacional de Reforma y Desarrollo
agrario, el IRYDA. Posteriormente, tras la constitución de las Comunidades
Autónomas, las tareas de Concentración Parcelaria les serán transferidas y
ellas crearán sus propias leyes. En Castilla y León se promulga la Ley 14/1990,
de 28 de noviembre.
En Villalmanzo, los
trabajos de la Concentración Parcelaria comenzaron en 1967 y terminaron al año
siguiente. Lo primero fue ver qué tierras iban a ser afectadas. Después, los
peritos iban tierra por tierra para poner nuevos lindes y hacer los planos. Por
último se hicieron los caminos, puentes o alcantarillas de caminos y entrantes
a las parcelas. La superficie que se dedicó a la concentración fue del 70% de
las tierras del término municipal: el 30% restante quedó excluido. Este 30%
correspondía a monte, viñedo, prados y frutales.
Estamos en los años
60 y la gente comienza a moverse. Hace algún tiempo que se ven tractores y
alguna cosechadora. Saben que el trabajo se simplifica sobremanera, aunque son
caros y, la mayoría de las veces, a un solo agricultor no le resultaba rentable
su compra. Pero existía una manera: asociarse unos con otros. Esto, aparte de
abaratar costos, tenía sus ventajas a nivel de ayudas estatales. Sin embargo, para
poder asociarse había que cumplir unas obligaciones: permanecer, como mínimo,
seis años en esa asociación; llevar libros oficiales de ingresos y gastos… se
trataba de los denominados Grupos Sindicales de Colonización (se establecen por
una Orden del Ministerio de Agricultura de 1940). Estos Grupos se constituyen
para el uso en común de la maquinaria agrícola y la explotación comunitaria de
tierras y ganados.
En Villalmanzo se
aprovechó la ocasión y así se formaron varios grupos. Fueron gente valiente y
decida. Compraron maquinaria: fueron los primeros tractores (Ebro, Súper Ebro,
Fordson, Motransa, Lanz…) y los componentes que había que acoplarles (arado,
cultivadora, abonadora, sembradora, remolques…); comenzaba la mecanización del
campo. Pronto llegarían las trilladoras, tornadores, trenzadoras y
cosechadoras, compradas o alquiladas, según fuera más rentable. Las cosechadoras
alquiladas venían de Toledo, Almería y Elche.
Así pues, la
mecanización, junto con la Concentración Parcelaria, la asociación de los
trabajadores, la mejora de los abonos y los nuevos sistemas de riego (posibles
tras la Concentración Parcelaria y los alcantarillados), traerían otra forma de
trabajar, de producir, más cómoda, efectiva y con mayores rendimientos. Sin olvidar
que los grupos también favorecían la comercialización de los productos
agrícolas.
Estas asociaciones
fueron las pioneras: detrás de ellas vendrán otras. Cooperativas vitivinícolas,
ganaderas… el Cascajuelo es hombre trabajador pero también emprendedor. De ello da prueba la
transformación que ha sufrido el pueblo en tan poco tiempo, no solo por su
embellecimiento, sino por todos los logros que sus pobladores han hecho posible:
complejo deportivo, piscinas municipales… y hasta un polígono industrial inaugurado
el 13 de junio de 1989.
CONCLUSIÓN
Como podemos
apreciar de la mano de estos 5 avances fundamentales, llegó el cambio, el
progreso: la luz eléctrica y el agua corriente fueron básicos, sin ellos
ninguno de los demás hubiera podido darse. El teléfono y la televisión dieron
paso a una comunicación rápida y fluida, a una información que traspasaba los
lindes del término municipal propio, o el vecino, abrieron una ventana al mundo
proporcionando una amplitud de horizontes para todo aquél que quisiera asimilar
y aprender, y Villalmanzo lo hizo, se produjo un profundo cambio de mentalidad
que hizo posible la asociación para la mejora, la asociación para introducir la
mecanización, la asociación en el trabajo, hoy transformada en cooperativas; en
definitiva el progreso, un progreso que hoy se plasma en ese polígono
industrial, en las comodidades que tiene el pueblo, en su embellecimiento que
no ha parado todavía, en la creación de bodegas con denominación de origen (D.O. Arlanza),
granjas ganaderas, fábricas, hostales, casa rural… y mañana… cualquier cosa que
un Cascajuelo se proponga, no cabe la menor duda.
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