2ª
VISITA:
Se
realiza el once de enero de 1765 por el Abad fray Joseph Alfaro, siendo
administrador del Priorato, fray Isidoro Rodríguez. En esta visita encontramos
dos cosas curiosas: la fecha y el nombre del Abad.
Lo primero que nos llama la atención es la fecha, se realiza el once de enero de 1765, habían transcurrido seis años y medio desde la primera, un plazo muy amplio, máxime cuando las Constituciones nos dicen: Mandamos, que el Abad del Monasterio principal visite por su persona, o por sus Comisarios cada año todos sus anexos, y a lo menos dos veces en su cuadrienio las Filiaciones, y los otros anexos tres. Y en unos, y en otros podrán poner los preceptos, censuras, y penas, que les pareciere convenir... Y el Reverendísimo cuando visitare el Monasterio principal tenga cuidado de informarse de la administración espiritual, y temporal, que hay en las Filiaciones, y Prioratos, y demás anexos, para que si hay necesidad de reformar alguna cosa, lo mande hacer. (Lib. II. Cap. XXXIV. 15). No obstante, no hemos encontrado justificación en el Libro para esta tardanza, ni tampoco que esta norma recogida en las Constituciones se cumpliera a rajatabla; al menos en este Priorato, la periodicidad de las visitas es del todo irregular.
Lo primero que nos llama la atención es la fecha, se realiza el once de enero de 1765, habían transcurrido seis años y medio desde la primera, un plazo muy amplio, máxime cuando las Constituciones nos dicen: Mandamos, que el Abad del Monasterio principal visite por su persona, o por sus Comisarios cada año todos sus anexos, y a lo menos dos veces en su cuadrienio las Filiaciones, y los otros anexos tres. Y en unos, y en otros podrán poner los preceptos, censuras, y penas, que les pareciere convenir... Y el Reverendísimo cuando visitare el Monasterio principal tenga cuidado de informarse de la administración espiritual, y temporal, que hay en las Filiaciones, y Prioratos, y demás anexos, para que si hay necesidad de reformar alguna cosa, lo mande hacer. (Lib. II. Cap. XXXIV. 15). No obstante, no hemos encontrado justificación en el Libro para esta tardanza, ni tampoco que esta norma recogida en las Constituciones se cumpliera a rajatabla; al menos en este Priorato, la periodicidad de las visitas es del todo irregular.
En
segundo lugar, el nombre del Abad. En este acta se nos dice que el Abad es el
maestro fray Joseph Alfaro, sin embargo, en el abadologio del Monasterio de San
Pedro de Arlanza (siglos X-XIX) de Ernesto Zaragoza Pascual, aparece como Abad
para estas fechas, Antonio Gutiérrez (1762-1765). A él le sigue ese mismo año, Benito Montejo
(1765-1769). Sin embargo, este acta está firmada por fray Joseph Alfaro como
Abad de Arlanza y como secretario fray Prudencio Palacios. De este último, nos
dice el abadologio, que fue elegido Abad en 1761 pero que, “parece que renunció,
pues en 1762 ya se halla su sucesor” y da como sucesor al referido Antonio
Gutiérrez. Tal vez esté aquí la causa por la que se tardó tanto tiempo entre la
anterior visita y esta. En cuanto al Abad fray Antonio que nos da Ernesto Zaragoza
en estas fechas, puede que actuara como tal por menor tiempo del que él creía y
fuera fray Joseph el que acabara el cuadrienio. Sea como fuere, en enero de 1765
fray Joseph firma este acta como Abad de Arlanza. Sé que algunos estaréis
pensando que cabe la posibilidad de que fray Joseph fuera comisionado por el Abad
fray Antonio para realizar esta visita. Sin embargo, he de desechar tal opción,
pues eso se hacía constar en la propia acta, tanto en el encabezado de la
visita: se cambiaba la siguiente frase, “visitando este Priorato Nuestro Padre
fray… Abad del Real Monasterio de San Pedro de Arlanza…” por esta otra: “visitando
este priorato el padre fray…, de comisión de nuestro padre fray… Abad de
Arlanza…”. Así como en la fórmula final: “así lo proveyó, ordenó y mando en
esta su casa de Santa Inés, de que yo el infrascrito secretario doy…” por esta
otra: “así lo proveyó y mandó su Paternidad, de que yo el infrascrito secretario
doy…” Y también al firmar el acta: “Fray… Abad de Arlanza”, por esta: “Fray…
Visitador Comisario”.
Por todo ello, creo que el Abad al que sustituyó Fray
Benito Montejo en 1765 fue a fray Joseph Alfaro, y por tanto lo correcto sería reconocerle como uno de los Abades del Real Monasterio de San Pedro de Arlanza
y aunque de momento no sepamos cuánto duró su mandato, reivindicarle un puesto
en el abadologio arlantino sería lo justo.
Siguiendo
con el análisis de las visitas propiamente dichas, en esta segunda visita se
insiste en los mismos temas que en la anterior, haciendo hincapié en la forma
de anotar las cuentas con seculares y para ello manda:
….que asiente con toda claridad cualquiera partida de dinero u otra cosa que entregase dentro de veinte y cuatro horas y que liquide cuentas con todas las personas que las tuviere dos veces al año, por San Juan y Navidad y lo mismo se entienda con los monjes de la casa o religión, por evitar pleitos, y que los memoriales que diesen cada visita, pongan con claridad todas las deudas a favor y en contrario, especificando a las personas que debe, a cada una en particular y lo mismo se entienda con las personas que deban al Padre Administrador: y debiendo fulano de tal, vecino de tal parte, me debe de cuenta ajustada tanto, a fulano de tal, vecino de tal parte, le debo tanto.
….que asiente con toda claridad cualquiera partida de dinero u otra cosa que entregase dentro de veinte y cuatro horas y que liquide cuentas con todas las personas que las tuviere dos veces al año, por San Juan y Navidad y lo mismo se entienda con los monjes de la casa o religión, por evitar pleitos, y que los memoriales que diesen cada visita, pongan con claridad todas las deudas a favor y en contrario, especificando a las personas que debe, a cada una en particular y lo mismo se entienda con las personas que deban al Padre Administrador: y debiendo fulano de tal, vecino de tal parte, me debe de cuenta ajustada tanto, a fulano de tal, vecino de tal parte, le debo tanto.
En este mandato,
el Abad le explica al Prior cómo ha de hacer las cuentas del Priorato,
cumpliendo con las Constituciones de 1701, en cuyo Libro II, capítulo XXII hablan
sobre “Cuentas generales de San Juan, y
Navidad, de visitas, y de todo el cuadrienio”, y que en su punto 3 obliga
también a los Prioratos: Y en la misma
conformidad se ajustarán las cuentas, y liquidaran los alcances de ellas en los
libros de granjerías, Prioratos, y otros que haya.
Termina
el acta con la orden de hacer un inventario de las alhajas del Priorato.
Inventario que consta seguidamente y vuelve a estar firmado por fray Joseph
Alfaro como Abad de Arlanza y fray Isidoro Rodríguez como Prior.
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