.
3ª
VISITA:
Fechada
el veinte de agosto de 1766, nos trae nuevamente como Abad de Arlanza a fray
Benito Montejo, y a fray García Melgosa como Prior de Santa Inés (a ambos los
encontramos en la primera visita).
El
acta sigue el esquema anteriormente mencionado, por lo que solo transcribiré la
parte que hace alusión a la vida del Priorato, y que aunque es algo extensa, no
tiene desperdicio:
Así
mismo: habiéndonos informado de los grandes menoscabos que ha tenido en estos
últimos años la hacienda, que se administra de cuenta del Monasterio, y de
otras posesiones, que se dan a los administradores por parte de su congrua, por
falta de cultivos, y reparos en viñas, cercas, y otras cosas; mandamos al Padre
Prior, que al presente es, y en adelante fuere, pena de privación de oficio, y
de no poder obtener en adelante administración de hacienda, con otras penas a
nuestro arbitrio y de nuestros sucesores; que conserven y administren todas las
dichas posesiones con el mayor cuidado, no dejando de cultivar, por ningún
pretexto, las orillas de las viñas, ni de reponer las cepas en donde faltaren,
o que las que hay, fueren falsas y inútiles; como ni de tener aradas las
heredades, y reparadas las cercas de las huertas; como así mismo cuidadas las
dos casas, de forma que no tengan menoscabo alguno de lo que le entregare el
Prior que saliere; hasta de las vidrieras de las ventanas: para lo cual se hará
inventario de todo. Y encargamos a nuestros sucesores hagan estrecha
averiguación sobre este punto tan importante a la utilidad de nuestro
Monasterio, y a la vigilancia que deben poner los priores, los que están
obligados a todo lo expresado por toda razón y derecho; sobre que les
encargamos la conciencia.
Otro
sí mandamos al Padre Prior ponga todo cuidado en que las posesiones, que se
dieron a los vecinos de este lugar por tres vidas de reyes, las roturen,
cultiven, y planten; reconviniéndoles con lo estipulado en la escritura, que
pasó ante Francisco Arranz, y en caso necesario, valiéndose para ello de la
autoridad de la justicia para que les obligue a ello; y determinadamente
mandamos al Padre Prior que haga que cuanto antes se cultive la heredad que está
de prado entre la viña grande y la Cerrada, que solo la divide de dicha viña el
camino que va a Lerma: lo uno, porque por la citada escritura están obligados,
y lo otro, por precaver los muchos daños, que de no tener cultivada dicha pieza
se causa a dicha viña grande, o de Santa Lucía; en la cual mandamos así mismo,
que cada año se plante alguna porción de cepas del vidago, que por este país
llaman aragonés, y no de otro alguno, por contemplarlo así conveniente, para la
cantidad y calidad del vino.
Item,
porque las tierras que tiene el Monasterio en la Cerrada, han estado incultas
muchos años, y por lo mismo se han criado muchos fresnos en ellas, que en parte
impiden la producción de dichas tierras: mandamos al Padre Prior, que cuanto
antes disponga se quiten y arranquen dichos árboles de las referidas tierras, para
que así fructifiquen mucho más a sus dueños, y no sirvan de abrigo y sombra al
ganado, que continuamente pasta en dicho término de la Cerrada.
El
acta la firman: fray Benito Montejo como Abad de Arlanza y Prudencio Palacios
como secretario.
Lo primero que observamos es que había una división en la hacienda que tenía el Monasterio en el Priorato, era debido a que una parte se le daba al Prior para su congrua, es decir, para su mantenimiento y el del resto de habitantes de la casa del Priorato. Por los Memoriales de seglares del Catastro del Marqués de la Ensenada sabemos, como ya vimos anteriormente, que en este caso, consistían en una tierra de sembradura, cinco majuelos, una viña, una huerta y cuatro cerdas de cría.
Por lo demás, señalar que desde 1758, fecha del primer acta que firmó este mismo Abad, han pasado ocho años, y por lo que manifiesta, la administración del Priorato había sufrido un notable deterioro, tal vez la falta de visitas para controlar la acción de los Priores tuvo algo que ver en ello. Sin embargo, no hemos encontrado libros de cuentas referentes a estas fechas por lo que no tenemos cantidades para comparar y establecer las pérdidas de las que nos habla Montejo.
Lo primero que observamos es que había una división en la hacienda que tenía el Monasterio en el Priorato, era debido a que una parte se le daba al Prior para su congrua, es decir, para su mantenimiento y el del resto de habitantes de la casa del Priorato. Por los Memoriales de seglares del Catastro del Marqués de la Ensenada sabemos, como ya vimos anteriormente, que en este caso, consistían en una tierra de sembradura, cinco majuelos, una viña, una huerta y cuatro cerdas de cría.
Por lo demás, señalar que desde 1758, fecha del primer acta que firmó este mismo Abad, han pasado ocho años, y por lo que manifiesta, la administración del Priorato había sufrido un notable deterioro, tal vez la falta de visitas para controlar la acción de los Priores tuvo algo que ver en ello. Sin embargo, no hemos encontrado libros de cuentas referentes a estas fechas por lo que no tenemos cantidades para comparar y establecer las pérdidas de las que nos habla Montejo.
En
cuanto al segundo párrafo, se refiere a la denominada “rentilla” que tiene el
Monasterio con varios vecinos de Santa Inés. Viene perfectamente descrita en el
Libro, condiciones, vecinos, renta… por lo que la veremos en un capítulo aparte algo más adelante,
al igual que de la viña grande o de Santa Lucía, por la que llegó a entablarse
pleito.
Por
lo demás, destacar el cuidado que pone este Abad en la administración del
Priorato y en especial en los cultivos vitivinícolas. Hoy Santa Inés forma
parte de la denominación de origen Arlanza, denominación que nace en 2007
aunque, como dice su página oficial, la tradición vitivinícola en la comarca se
remonta al siglo X y siempre mimada por los Monasterios. Su demarcación
geográfica se extiende por el valle medio y bajo del río Arlanza y sus
afluentes, hasta su confluencia con el Pisuerga en el sureste de la provincia
de Palencia.
4º
VISITA:
Fechada
el seis de mayo de 1773, la firma nuevamente fray Benito Montejo, aunque esta
vez, no como Abad de Arlanza:
Visitando este Priorato nuestro Padre Maestro fray Benito Montejo, Definidor y Maestro general de la religión de San Benito, de comisión de nuestro Padre fray Jacinto Lorenzo, Abad del Real Monasterio de San Pedro de Arlanza.
Visitando este Priorato nuestro Padre Maestro fray Benito Montejo, Definidor y Maestro general de la religión de San Benito, de comisión de nuestro Padre fray Jacinto Lorenzo, Abad del Real Monasterio de San Pedro de Arlanza.
Como podemos observar, han
vuelto a pasar siete años desde la última visita. Del Abad fray Jacinto Lorenzo,
nos dice el abadologio de Ernesto Zaragoza que fue Abad de Arlanza de 1769 a 1773, pero que no pudo acudir al
capítulo general de 1773, “por sus achaques”, tal vez fue ese el motivo por
el que se dejó el Priorato sin visitar.
Montejo
ordena que se ejecuten las disposiciones contenidas en las visitas anteriores,
en especial la del año 1758, haciendo
hincapié en que se cumplan las reglas de la religión y en la cobranza de las
rentas, infurciones y otros derechos pertenecientes al Monasterio y a los
monjes residentes en esta casa.
Firman
el acta: fray Benito Montejo como visitador Comisario y fray Fernando Riesco
como secretario.
5ª
VISITA:
Realizada
el veintitrés de junio de 1776, por Fray Benito Montejo, esta vez como Abad,
será su última elección como Abad de Arlanza y su última visita a Santa Inés.
Sigue haciendo hincapié en el cuidado de las viñas y en que los renteros cultiven las tierras:
Encarga al padre Prior cuide que las viñas que tenemos a renta sean cultivadas con las labores que se acostumbran en el país, avisando a los renteros cumplan con las condiciones establecidas en la escritura de arriendo...
Para finalizar remite al Prior a las visitas precedentes, en especial a la del año 1766, que revalidó: mandando al Prior la observe y ejecute según y como allí se previene.
Actúo
de secretario Vicente Girón, quien le sustituirá como Abad y también será tres
veces Abad de Arlanza (1777-1781; 1789-93; 1805-06). Entre otras cosas, fue
también Abad de San Vicente de Salamanca (1797-1801), profesor de teología y
Visitador General (1801-05). Murió en 1806.Encarga al padre Prior cuide que las viñas que tenemos a renta sean cultivadas con las labores que se acostumbran en el país, avisando a los renteros cumplan con las condiciones establecidas en la escritura de arriendo...
Para finalizar remite al Prior a las visitas precedentes, en especial a la del año 1766, que revalidó: mandando al Prior la observe y ejecute según y como allí se previene.
Autor de la foto: José Antonio Gil Martínez from Vigo, Spain (Monasterio de San Pedro de Arlanza Uploaded by tm) [CC BY 2.0 (http://creativecommons.org/licenses/by/2.0)], undefined
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