Hola a todos, hoy os traigo una tradición universal:
Las campanas son, sin
lugar a dudas, la tradición más antigua que se conserva en nuestros pueblos.
Hoy en día, han quedado relegadas a un segundo lugar, dada nuestra actual forma
de vida. Sin embargo, durante siglos fueron objetos de vital importancia.
Desempeñando papeles fundamentales para la sociedad: llamando a la oración,
avisaban del paso del tiempo, informaban de las cosas trascendentales,
convocaban a los concejos…
Su origen como instrumento se
remonta a la cultura china del siglo XII a.C. Encontramos igualmente
testimonios en el Egipto de los faraones, en la cultura cretense (campanas de
terracota del tercer milenio antes de Cristo), de Irán y del sur del Cáucaso
(eran de bronce y se datan en el 1200 a.C.), en las culturas aztecas, mayas o
incas, antes de la llegada de los conquistadores (las sonajas de oro, cobre o
bronce).
Campanario de la iglesia de Villalmanzo |
La Iglesia
cristiana antigua empleaba el término “signum” o signo. La denominación de la
palabra latina “campana” data del siglo VI (históricamente aparece por primera
vez en una carta escrita por el Diácono Ferrando de Cartago en el 515)
Los orígenes del
uso de la campana en los recintos eclesiásticos se remontan a la Edad Media.
Según la leyenda, esta costumbre se debe a San Paulino de Nola (413), aunque se
generalizan durante el pontificado de Sabiniano (604).
Dentro de la cultura cristiana, en las
ciudades y sobre todo en nuestros pueblos, su lenguaje fraccionaba el tiempo
del hombre, es decir, marcaba el ciclo vital; además era un importantísimo medio
de comunicación y uno de los más eficaces de toda la historia. Cada toque tenía
un significado específico que todo el mundo entendía. Os dejo los que se
empleaban en Villalmanzo (al igual que en el resto de España) en el menú tradiciones. Y si alguien está interesado en el tema: puede ir a: “La voz de las campanas” y “Campanas, campaneros y toques”
“Las campanas pertenecen a todos los seres
humanos, y las entienden todos los que las quieren escuchar”. (Doctor André Lehr).
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