Altar del Corpus en Villalmanzo |
Su celebración se remonta a
los años 1192-1258. Se debe a una religiosa cisterciense llamada Juliana, priora de la Abadía de Cornillón, tuvo una visión que interpretó como la necesidad de instituir
una celebración a la presencia de Jesús en la Eucaristía. Otro de los hechos
que influyen en esta celebración es el milagro de Bolsena: un sacerdote que
celebraba la Santa Misa tuvo dudas de que la Consagración fuera algo real y en
el momento de partir la Sagrada Forma, vio salir de ella sangre de la que se
fue empapando el corporal (hoy esta reliquia se conserva en Orvieto, a donde
fue llevada el 19 de junio de 1264; y la piedra del altar, manchada de sangre
en Bolsena). El Papa Urbano IV, movido por el milagro, instituyó esta
celebración para la iglesia Católica Universal (Bula “Transiturus hoc mundo”, 8
de septiembre de 1264). El Papa Clemente V en el Concilio General de Viena
(1311), ordenó la adopción de la fiesta. Su sucesor Juan XXII en 1316 introduce
la Octava con exposición del Santísimo. Pero el empuje definitivo vendrá del
Papa Nicolás V, cuando en la festividad del Corpus de 1447, sale procesionalmente
con la Hostia Santa por las calles de Roma. Es entonces cuando se propaga por
toda la cristiandad. Pero es a partir de mediados del siglo XVI, con el
Concilio de Trento, cuando se convierte en la festividad contra reformista por
excelencia.
En España parece ser que ya
Alfonso X el Sabio participó en una celebración del Corpus en Toledo en 1280. En
el Reino de Castilla es a partir del siglo XIV cuando aparecen abundantes
referencias a esta celebración y de manera continuada a partir del siglo XV.
Durante los siglos XVI y XVII es cuando esta fiesta alcanza su esplendor en el
Reino de Castilla. Toda la organización, gastos…, correrán a cargo de los
concejos. En estos actos participan todas las instituciones y estamentos. La mayoría
de las Custodias que portan la Sagrada Forma son, verdaderas obras de arte, al
igual que los palios bajo los que se procesionan. Son típicas también, las representaciones de Autos
Sacramentales.
La ornamentación del
recorrido ya se menciona desde las primeras citas sobre esta festividad. Hay
referencias a las colgaduras: las fachadas se transformaban a base de tapices y
telas (lujosas y de alta calidad). Se conservan bandos para que los vecinos
engalanaran balcones y ventanas, al igual que las diferentes instituciones.
Otro elemento que servía
para transformar el espacio urbano por donde circulaba la procesión eran los “Altares”,
se utilizaban con fines decorativos y litúrgicos y ofrecían al cortejo una
ocasión para detenerse y descansar. (Más información: Santiago Valiente Turón: La
fiesta del “Corpus Christi” en el Reino de Castilla…”).
Villalmanzo no era una
excepción, la parroquia, las cofradías, las asociaciones, el Ayuntamiento y los
vecinos, se volcaban en su celebración con una procesión solemne por el pueblo vestido
de gala: se engalanaban los balcones con colchas antiguas y las mejores que se
tuvieran, y hasta se tapaban las bocacalles con ellas, delimitando el
recorrido. Las mujeres se encargaban de hacer seis altares por las calles a
cuál más bonito, donde la procesión se detenía. Los niños que ese año habían
hecho la Primera Comunión, se volvían a vestir y llevaban pétalos de rosa que
tiraban por el camino y en los altares donde se detenía la procesión.
Hoy en día, no hemos perdido
esta solemne celebración, la seguimos celebrando exactamente igual, aunque ahora se hace en el domingo siguiente y solo
se instala un altar.
LA OCTAVA
A los ocho días de esta
fiesta grande se celebraba la Octava, consistía en otra procesión por el pueblo, aunque también se celebraba con toda solemnidad, se diferenciaba en que ya
solo se hacía un altar.
Actualmente se tiene la
procesión por el interior de la iglesia.
SAN PEDRO
Su día se celebra el 29 de
junio, para nosotros no es fiesta grande como en la capital (Burgos), pero
siempre lo hemos celebrado como el día de las bromas. Se hacían cosas como
cortar las calles, cambiar los tiestos de sitio… y acabábamos con una merienda.
Previamente acostumbrábamos a recoger manzanilla y, para San Juan, la
llevábamos a vender a Lerma: con lo que sacábamos, pagábamos el chocolate y la
merienda del día de San Pedro.
Fuentes:
-Valiente Timón, Santiago: La fiesta de “Corpus Christi” en el Reino de Castilla durante la Edad Moderna”, en Ab Initio, Núm. 3 (2011), pp. 45-57, disponible en www.ab-initio.es).
-Valiente Timón, Santiago: La fiesta de “Corpus Christi” en el Reino de Castilla durante la Edad Moderna”, en Ab Initio, Núm. 3 (2011), pp. 45-57, disponible en www.ab-initio.es).
-Aciprensa: “Historia de la Solemnidad del Corpus Christi”.
Miro la foto y me doy cuenta de que muchas de las fiestas han perdido lo más importante, lo más entrañable: la reunión de los vecinos, la colaboración para construir u organizar algo todos juntos. Me alegro de que todavía conservéis la tradición tal y como era.
ResponderEliminarEn Alicante, en las fiestas de moros y cristianos, antes las chicas nos reuníamos por las tardes para diseñar y coser los trajes mientras charlábamos. Era divertido. Ahora los trajes se compran o se alquilan, se ha reducido todo a dinero. Se ha perdido lo fundamental.
En primer lugar, pedir perdón por tardar en responder a tu comentario, estoy teniendo problemas con internet. Es cierto que se está perdiendo mucho del espíritu tradicional, ya no se tiene tiempo para hacer las cosas compartiendo y además las nuevas generaciones hay cosas, como la costura, que no saben hacer (ni quieren aprender). Sin embargo no olvidemos que para que las tradiciones perduren, las sucesivas generaciones han de marcarlas con su propia impronta, y en este proceso, al principio puede producirse un poco de caos. De cualquier manera, ¡Esperemos que nuestro legado, no sea solo el de la vestimenta y los llamativos complementos!
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