Hola a todos:
Seguimos en Navidad
y como ya es sabido, al que más y al que menos se le abre el corazón y mana
generosidad por doquier. Resumiendo, se “tira la casa por la ventana” para dar
y regalar, a la familia, a los amigos y hasta a los desconocidos. Yo aquí he de
entonar el “mea culpa” y no me libro de esta vorágine. Pero también son fechas
cargadas de nostalgia, cuando más se echa de menos a los seres queridos que no
están con nosotros. Por eso hoy quiero recordar a todos los que nos faltan
físicamente,
unos porque tuvieron que emigrar, otros porque ya nos han dejado
definitivamente, pero que permanecen en nuestro recuerdo con huella imborrable.
Una de estas personas es mi amigo Ricardo Arnaiz, él cumple las dos premisas,
pero su recuerdo perdura en nosotros, así como su empeño por dar a conocer la
historia de su pueblo, Villalmanzo. Participó activamente en el libro: “Villalmanzo.
Mi propia historia es la historia de Villalmanzo” y en la formación de la
exposición etnográfica que se realizó en 2011. Trabajador incansable, construyó
él mismo alguno de los muebles que se utilizaron en ella, buscó y organizó
cosas para exponer, a la vez que localizaba documentos, recopilaba tradiciones
y nos regalaba con sus propios recuerdos. Hoy os dejo aquí uno de ellos, lo he
titulado: “Yo también fui emigrante”...
Ricardo, habilitando el local de exposición |