Cuenta la leyenda que
Fernán González la llevaba consigo a las batallas, lo que dio origen a su
nombre, sin embargo, es algo imposible ya que el conde Fernán González es un
personaje del siglo X, mientras que esta estatua es del siglo XIII, aunque sí
es verdad que procede del Monasterio de San Pedro de Arlanza donde estuvo desde
su realización hasta 1836.
Su autor es anónimo, fue
realizada en Limoges (Francia) hacia 1225-1235. Está realizada en cobre dorado,
esmalte, turquesa, cristal de roca y cuarzo hialino, con la técnica del
repujado; Champlevé. Sus dimensiones son: 30 x 15 x 15 y con un peso de 2,6 kg.
Según la ficha técnica del museo del Prado, su actual propietario, desde su
compra en 1998. Actualmente se encuentra en el museo de Burgos, aunque su
propietario sigue siendo el museo del Prado.
Es una escultura sedente
con el Niño en su regazo. Se trata del modelo iconográfico de Virgen como sedes
sapientiae, es decir “trono o sede de sabiduría”. El Niño está en actitud de
bendecir, es la figura principal, que encierra en sí la Sabiduría Sagrada. En
su mano izquierda lleva el Libro de las Revelaciones y en su corona el símbolo de
la Cruz. La estatua, en su parte posterior tiene un hueco, que tenía una
función de relicario.
Esta preciosa escultura
ha pasado por muchos avatares, os recomiendo que leáis el artículo del Diario
de Burgos, para conocer su historia y que veáis una preciosa foto de la imagen,
que yo no sería capaz de sacar así. Os dejo aquí el enlace: https://www.diariodeburgos.es/Noticia/Z927C1022-D57F-0477-E7C291824C66295C/202203/La-increible-odisea-de-la-Virgen-de-las-Batallas
NOTA: Por si alguno visitáis Burgos, la dirección del Museo de Burgos es, C/ Miranda, nº 13. En la acera de enfrente de la estación de autobuses.